domingo, 29 de septiembre de 2013

El mausoleo de los esqueletos

El mausoleo de
los esqueletos
 

La cripta de los Condes de Buenavista. de Villalcázar de Sirga y vizcon­des de la Victoria, es el monumento funerario más sombrío, tétrico y aterrador de los existentes en toda España. Ubicado bajo el altar ma­yor del Santuario de Nuestra Señora Virgen de la Victoria de Málaga -patraña de la capital de la Costa del Sol-, en él se revive con tenebrista estilo escultórico y arquitectónico la mística de los españoles del si­glo XVI gracias a un bestiario iconográfico compuesto por calaveras, esque­letos, tibias, nichos y seres diabólicos que encierra un mensaje simbólico. José Guerrero Chavarino, primer Conde de Buenavista, caballero de la Orden de Calatrava y regidor de Antequera, mandó construir este mausoleo para sí mismo, su esposa, Antonia Coronado y Zapata, así como para sus descendientes en el siglo XVII, más concretamente en 1691. Su arquitecto, Felipe de Unzurrunzaga -a partir del trazado de la antigua iglesia de la Vic­toria- erigió este conjunto simbólico-escultórico-arquitectónico de cámara mortuoria que, para expertos en historia del arte como el malagueño Juan Temboury, es de inspiración ignaciana y de penitencia que pretende recor­darnos los efímero de la vida.
Su interior muestra una estructura rectangular cerrada y un techo sopor­tado por un pilar compuesto por cuatro columnas centrales que simbolizan los cuatro elementos de la naturaleza, expresando la relación entre el Cielo y la Tierra, mostrando el crecimiento del hombre hacia la divinidad a través del suelo ajedrezado en blanco y negro. Hay cincelados en sus muros esqueletos con balanzas que muestran la justicia divina, representa­ciones antropomorfas de dos cabezas, sepulturas, cartelas amenazadoras, sudarios extendidos, símbolos y alegorías eclesiásticas o cortesanas, seres incorruptos triunfantes ante la muerte y otras grotescas figuras redimiendo culpas bajo el castigo divino, que no son sino el simbolismo artístico del en­cuentro final del hombre con la muerte.
Esculturas que, como si de un macabro guión se tratara marcado por el horror del pecado, las vanidades y la brevedad de la existencia humana, así como su salvación y resurrección a través de la redención, muestran con re­lojes de arena la llegada del fin de la vida invitando a una reflexión sobre la idea de la muerte-resurrección o la salvación-condenación, resumiendo la ascética, moral y teología de la mística del siglo XVI, seguida en el barro­co por culteranos y conceptualistas.
La Cripta de los Condes de Buenavista, "El Mausoleo de los Esqueletos", no es sino un desconocido y tenebroso gran teatro de piedra que no deja indiferente a nadie que lo visita y que hace aflorar todo tipo de emociones frente a la siempre temida Parca.

Francisco Contreras Gil

 


La muerte, plasmada en esqueletos armados con guadañas, portando relojes de arena, espera pacientemente la llegada de su hora. Nos recuerda que ninguno podemos escapar al fatal de­senlace. Como se puede apreciar en estar espectaculares imágenes, todo el mausoleo está de­corado con alusiones directas o indirectas al trasunto siniestro entre la vida y la muerte.





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